viernes, 8 de diciembre de 2017

Los Cahorros de Monachil

Ruta circular
distancia: 13 Km.
desnivel: 278 m.
altitud min: 1088 m.      altitud max: 1210 m.
dificultad: fácil

El río Monachil nace en el pico del Veleta y tiene un recorrido de 26 km hasta  desembocar en el río Genil,  a las afueras de Granada. En su recorrido pasa por la localidad de Monachil, de la que toma el nombre. Unos pocos kilómetros antes de llegar a Monachil, el rio atraviesa una zona de media montaña de materiales calizos muy erosionables que el agua ha ido excavando y  esculpiendo  formando un caprichoso cañón, conocido como Los Cahorros.

Para visitar este desfiladero hemos escogido un recorrido fácil, variado y muy divertido para los niños saliendo desde el centro de Monachil. Para llegar al punto de inicio desde Granada, vamos hasta Monachil por la carretera GR-3202 y seguimos de frente, sin cruzar el rio, hasta la calle Huenes donde vemos un acceso a la izquierda a una amplia zona de tierra donde aparcar los coches.  Iniciamos la ruta caminando por la calle Huenes y justo antes de que cruce el puente sobre el río nos vamos a la derecha por una pista asfaltada que discurre pegada al rio unos 200m. Luego se va alejando, subiendo entre  fincas  otros 400m hasta encontrar un desvio a la izquierda. 


Cogemos este camino que nos lleva de nuevo al rio, junto a la estación electrica de Tranvías. Esta central eléctrica estuvo en funcionamiento hasta la década de los 60 suministrando electricidad al tranvía de Sierra Nevada. Posteriormente la adquirió el ayuntamiento de Monachil que la restauró y le suministra energia eléctrica desde el año 1991.

Detrás del edificio, unas escaleras dan acceso a la senda que discurre pegada al rio, y que en época de crecida puede estar inundada. Son 400m. entretenidos caminando entre la vegetación de ribera que se inclina hacia el cauce y que casi no deja pasar la luz del sol.






Hasta llegar al puente que cruza el rio y una senda asciende para incorporarse al sendero tradicional de los Cahorros, un camino que avanza por tramos verticales, pero que está habilitado para poder ser recorrido sin ninguna dificultad:  allanado el firme, con escaleras en los tramos con desnivel y con una solida barandilla de madera.


Una chorrera de agua cae desde lo alto hasta el rio que va muy escaso de agua, seguramente en primavera y verano se formarán bonitas pozas para darse un baño. Atravesamos otro puente.





Y llegamos junto al tercer puente, el puente colgante de los Cahorros con una longitud de 63m. Un antiguo puente que se ha remodelado incorporando materiales metálicos para hacerlo mas estable y seguro. Un cartel informa que  pueden atravesarlo un máximo de 4 personas juntas, por lo que se forma cola. Mientras esperan turno mis amigos, me subo hasta el mirador que hay un poco más atrás y hago un par de fotos. Vuelvo a mi sitio y vamos cruzando el puente de 4 en 4, algunos con un poco de miedo..Al final del puente una pequeña presa con su salto de agua





Y comienza la parte más angosta y encajonada, caminamos sobre un murete de hormigón adosado a la pared de piedra. Los salientes de roca dificultan el paso, algunos se superan sujetandose a los agarraderos de metal, otros se pueden sortear  agachandose o avanzando a gatas por el suelo.





Las 2 paredes llegan a juntarse, formando una cueva natural conocida como Tunel de la Palomas. Y continuamos recorriendo el defiladero... 







... hasta desembocar en un paraje abierto, las Azuelas,  donde nos tomamos un respiro después del aventurero recorrido. Continuamos por la senda junto al rio hasta cruzar el ultimo puente colgante, bajo el tajo de las Palomas.





Junto al puente arranca un ancho camino de tierra que va subiendo por la ladera de la montaña en amplias lazadas, ganando vistas sobre el desfiladero. Al frente, coronando el alto, el cortijo del cerrillo de la Fuente . 







Al llegar al barranco de las Revueltillas el camino continua barranco arriba, lo abandonamos para continuar por la izquierda, por el sendero que sigue recorriendo la ladera pasando bajo el cortijo y rodeando un cerro.







Antes de iniciar el descenso, nos desviamos a la izquierda hacia la parte alta del acantilado, que es un excelente mirador a todo el entorno. Con cuidado nos asomamos a la caida vertical, frecuentada por escaladores.

 Volvemos al camino, que en pronunciado descenso nos lleva de regreso a Monachil, con vistas a las eras de los Renegrales a la izquierda, la vega, el pueblo y Granada al fondo.














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